VÍAS PARA DISEMINACIÓN DE AGENTES INFECCIOSOS
Vías para diseminación de agentes infecciosos
Los microorganismos se diseminan rápidamente a lo largo de
las superficies epiteliales húmedas del intestino, los pulmones y el aparato
genitourinario y de una forma lenta, si es que lo hacen, sobre la superficie
seca de la piel. Muchos no superan el epitelio, ya que sólo proliferan en las
capas superficiales del mismo, pero otros pueden penetrar (estreptococos y
estafilococos que secretan hialuronidasa, la cual degrada la matriz
extracelular existente entre las células del huésped).
Las vías de diseminación
de agentes infecciosos siguen inicialmente los planos de tejidos de menor
resistencia y el trayecto de los vasos linfáticos y sanguíneos regionales. Una
vez en la sangre, el transporte de los microorganismos se lleva cabo por
distintos medios. Así, los virus de la poliomielitis y el VHB, casi todas las
bacterias y los hongos, algunos protozoos parásitos y todos los helmintos
viajan libremente por el plasma. Los virus del herpes, el VIH, el CMV,
Mycobacterium, Leishmania y Toxoplasma son transportados por los leucocitos.
Por último, los eritrocitos transportan ciertos virus y parásitos.
Los microorganismos potencialmente patógenos, se diseminan por
alguna de las siguientes vías: 1) ascendente, 2) hematógena y 3) linfática.
Es la ruta más común. Se han realizado estudios utilizando
la punción suprapúbica como vía de acceso para conseguir orina que no hubiera
pasado por la uretra, que frecuentemente se halla colonizada, y se ha
encontrado la presencia de microorganismos en la orina de personas sin
criterios clínicos de infección.
El hecho de que la infección urinaria sea mucho más
frecuente en mujeres que en hombres, apoya la importancia de esta vía de
infección. La uretra femenina es más corta está en proximidad de las áreas
vulvar y perirrectal, con lo que se facilita su contaminación por gérmenes
procedentes de estos territorios. Así se ha comprobado que tos microorganismos
que causan infección urinaria en la mujer se encontraría colonizando
previamente las zonas citadas.
En un 5% de casos la infección llega al riñón por vía
hematógena de focos en tracto respiratorio, piel u otros sitios, siendo algunos
de los patógenos más frecuentes: Stafilococus aureus, Pseudomonas o Salmonella,
la diseminación hematógena del patógeno a los pulmones causa la forma neumónica
de la enfermedad, que se puede diseminar.
INGRESO POR VÍA DIGESTIVA
Un número importante
de virus (virus entéricos) se transmiten a los hospedadores susceptibles mediante
la ingestión de alimentos o bebidas contaminadas. La mucosa que recubre la
cavidad oral y el esófago (y el preestómago en los rumiantes) es
relativamente refractaria a la infección viral, con la excepción de la mucosa
que recubre las tonsilas; por lo tanto las infecciones virales entéricas comienzan
principalmente en los epitelios del estómago y de los intestinos. El tracto gastrointestinal
está protegido por diferentes mecanismos de defensa, entre los que se incluyen
la acides del estómago, la capa de mucus que cubre las mucosas gástrica e
intestinal, la actividad antimicrobiana de las enzimas digestivas, así como de
la bilis y secreciones pancreáticas, y los mecanismos de la inmunidad innata y
adaptativa, especialmente la actividad de los anticuerpos como la
inmunoglobulina A, producidos por los linfocitos B en la mucosa
gastrointestinal y tejidos linfoides asociados.
Referencias: Forces. & Betyy A.
(2009). Diagnostico microbiologico. México D.F. Panamericana.p.844
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